Don Quijote y Hobbes: diálogo imaginario
Toda reflexión en torno al poder y a sus límites parte, consciente o inconscientemente, de una concepción determinada de la naturaleza humana: ¿Cómo sería el ser humano si no hubiera Estado? Para don Quijote, como siglo y medio más tarde para Rousseau en su Discurso sobre el origen de la desigualdad de los hombres, el hombre es bueno por naturaleza y de ahí se deriva, como veremos, su concepción más bien pesimista del poder y del Estado. La pintura diametralmente opuesta la podemos encontrar, entre otros, treinta y ocho años más tarde, en el hobbesiano De Cive.