Esta Constitución, tan denostada últimamente por algunos representantes políticos pese a haber jurado su defensa, tiene un claro núcleo duro que es el que canaliza los eventuales cambios de la misma. Me refiero al título X o De la Reforma Constitucional. El respeto escrupuloso de los procesos establecidos para el cambio es el imperativo categórico de nuestra abierta y generosa democracia. Ese Título es una auténtica línea roja para quienes pretendan cambiarla unilateralmente.